IV Concentración de coches clásicos en el paseo de La Mota, Benavente



Un centenar de vehículos clásicos procedentes de toda España se dan cita en el paseo de La Mota en la IV concentración que se organiza en la ciudad

M. A. CASQUERO Un total de 96 vehículos, diez menos que el pasado año, participaron en la concentración de vehículos clásicos que por cuarto año consecutivo organiza la asociación benaventana.

 El Paseo de La Mota se convirtió ayer en escaparate de chapa viva, de coches con más de 25 años de antigüedad que hicieron las delicias de los amantes del motor y de los coches antiguos. El original escaparate abierto al público incluía también algunas muestras de motocicletas antiguas como una montesa trial, una vespa 200 o una Guzzi de finales de los años cuarenta.

Pero las estrellas eran las grandes carrozas a motor, algunas de ellas verdaderos tesoros rodantes cuyos propietarios miman sin parangón. Procedentes de provincias cercanas e, incluso de Madrid y Toledo, la elegancia de algunos vehículos era resaltada por el numeroso público atraído por la cita. Alineados a ambos extremos del paseo central de La Mota como si de un ordenado aparcamiento en batería se tratase, los coches antiguos lograban la admiración y simpatía del público.

No faltaron las evocaciones curiosas de algunos de los coches sobre cuyas bacas se instalaba todo tipo de equipajes e, incluso, de jaulas con las aves de corral.

Atención especial en el singular escaparate para un negro Citröen-15 Ligero con sus originales manillas en las puertas, espejos retrovisores y, el pisabarros. Un Volkswagen Escarabajo, un Lancia, un Ford caravana o un Morgan deportivo se confundían con varios modelos de Seat, como el 600, 1.500, 1.800, 124, 850 o el 1.430, con Mercedes D 200 o el 220, modelos de Renault, de Citröen, Simcas, Mini, Ford y muchos más. Hasta el encuentro de vehículos clásicos llegó un Capri fabricado en febrero de 1969, cuando el primero que se fabricó de esta marca fue en enero de ese mismo año. El original vehículo perteneció al grupo musical Nacha Pop, según explicaron fuentes de la organización.

Un restaurado Jeep Viasa del ejército español figuraba resplandeciente en el escaparate de La Mota. Incluso un Seat-1500 utilizado como servicio de taxi en Santibáñez de Vidriales hasta hace 41 años.

La muestra de vehículos daba paso a un recorrido por las calles de Benavente para desplazarse hasta el Hostal Paradero donde después de la comida, los participantes recibían los premios de la organización. Un recorrido por el valle del Eria con un alto en Santa María de la Vega para cruzar hasta el valle del Tera en Riochico y concluir el IV encuentro de vehículos clásicos en Benavente.

Una cita cuya organización contó con la colaboración de la Policía Local y los servicios de Protección Civil, asi como de la Guardia Civil.

El presidente de la asociación de vehículos clásicos de Benavente, Luis Vega, elogiaba la alta participación y el buen ambiente del encuentro de amantes de coches antiguos.

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Escaparate de chapa viva

Benavente llena de preciadas antigüedades sobre ruedas y de visitantes.
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Escaparate de chapa viva

Un taxi antiguo de Santibáñez de Vidriales.

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Escaparate de chapa viva

Unos jóvenes miran el interior de uno de los coches.

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Escaparate de chapa viva

Algunos vecinos observan las piezas automovilísticas únicas de la concertación.

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Escaparate de chapa viva

Las motos también formaron parte de la exposición.


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