Una de las zonas más proclives a la corrosión en nuestros clásicos, es el suelo. Filtraciones de agua, humedad ambiente, zapatos mojados etc acumulan la humedad en el suelo, y si a eso le juntamos las típicas alfombras de goma que a muchos tanto les gusta, el resultado puede ser desolador en muy poco tiempo.
- -transformador de óxido
- -pintura antioxidante «oxirite»
- -2 vasos de plástico
- -un pincel
- -una paletina (brocha) pequeña
- -un cepillo de alambres
Ahora toca el turno de la limpieza. Aspiradora, estropajo y algo de agua son nuestros aliados.
Con el suelo ya limpio, es la hora de rascar el óxido. En mi caso he usado un cepillo de alambres con mango. Al tener los asientos montados, preferí no usar herramientas eléctricas. Lijaremos el resto del suelo levemente, con un estropajo de cocina o una lija fina (por ejemplo grano 600)
Una vez ya rascado todos los puntos de óxido, aplicamos el transformador de óxido sobre este mismo y dejamos actuar según recomiende el fabricante. Normalmente 8 horas. Yo hice el trabajo al anochecer para así al día siguiente tener el suelo listo para el pintado.
Para pintar he usado pintura antioxidante oxirite. Si la chapa de nuestro coche es delicada o el óxido está muy avanzado, deberíamos usar desde galvanizado en frio, imprimaciones fosfatantes o epoxiticas. En mi caso como eran muy superficiales he usado pintura «directa sobre el oxido» de la cual tengo buenas experiencias.
Pero antes de pintar, es recomendable limpiar las zonas donde el convertidor de óxido no a actuado, es decir, sobre la pintura sana. Con un paño, lo podemos limpiar fácilmente. (depende de la marca)
Ahora ya podemos aplicar la pintura, en mi caso a brocha. El fabricante recomienda 1º mano, esperar 8 horas, y luego 2 mano. En mi caso después de la 1º mano puse una estufa de infrarrojos, que seca muy bien la pintura, y a la hora, apliqué la 2º mano. Al mediodía ya estaba completamente seca y ya pude montar el tapizado.